
1. El Agua: Un recurso escaso y no renovable
Cuando
pensamos en el agua como un recurso, usualmente imaginamos la
misma dentro de una tubería que nos llega hasta nuestras
casas, o un extenso río de aguas caudalosas, quizás
un inmenso lago, o una copiosa lluvia, tan común en nuestros
países centroamericanos. Siempre relacionamos el agua con
abundancia e incluso muchos de nosotros fuimos educados con el
concepto de que éste era un recurso inagotable y un bien
libre.
Quizás nunca nos hemos detenido a pensar
que si bien, el 71% de la superficie de nuestro planeta está
cubierto por agua, de esa porción, los océanos ocupan
el 97 %. Del 3% restante, una gran parte se encuentra congelada
en los casquetes polares y por tanto, no disponible. La porción
remanente equivale al 0.014%, disponible para ser utilizada para
todos los procesos vitales.
Se estima que más de mil millones de
personas carecen de una fuente de agua potable limpia y a 1700
millones, les falta saneamiento adecuado.
Según la Agenda 21, una de cada tres
personas en los países en vías de desarrollo carece
de agua potable y servicios de saneamiento básico, lo que
se considera la causa del 80% de las enfermedades y un tercio
de las muertes.
2. El Contexto Regional
Centroamérica, con sus 520, 000 km², posee una enorme
riqueza hídrica, tanto superficial como subterránea.
Este potencial hidrológico, contrasta en todos los países,
con las modestos porcentajes de aprovechamiento y con la baja
cobertura actual de las demandas, ya que un 45 % de los casi 36
millones de centroamericanos, carece de servicios de abastecimiento
de aguas y de saneamiento. La necesidad apremiante de hacer frente
al aumento geométrico de la demanda de agua dulce, tiende
a complicarse debido a la degradación del medio ambiente.
Las principales amenazas al abastecimiento
de agua dulce en toda la región centroamericana incluyen
los siguientes aspectos:
- La deforestación de las cuencas,
que reduce la capacidad regeneradora de las fuentes y genera
mayor erosión de los suelos.
- Incremento de la urbanización y
la industria aportan, ésta última, cerca del 50%
del total de la carga de DBO
- Descarga sin tratamiento de las aguas residuales,
el depósito sin control de los desechos sólidos
en los flujos de agua; el uso inadecuado de agroquímicos
en las actividades agrícolas de las zonas rurales, atentan
contra la calidad del líquido.
Grandes áreas de humedales han sido
drenadas, dando paso a zonas de pastoreo o de agricultura intensiva,
principalmente arroz y caña de azúcar, ignorando
la importancia de los mismos como áreas de retención
de sedimentos, nutrientes y sustancias tóxicas, regulación
de crecidas, sin señalar su función crítica
de conservación de los procesos ecológicos, y la
dinámica la diversidad biológica de la cuenca en
toda su extensión.
La actividad minera en rápido desarrollo,
ha propiciado alteraciones en los ecosistemas de agua dulce, tanto
en razón de las operaciones ordinarias como por acciones
accidentales.
Por otro lado, la región es altamente
vulnerable a los desastres naturales causados por fenómenos
climáticos y metereológicos, con grandes pérdidas
de vidas y un alto costo socioeconómico. Los agudos efectos
de fenómenos como La Niña, El Niño, huracanes,
inundaciones y sequías no reconocen fronteras y causan
retrocesos en el proceso de desarrollo sostenible de los países
centroamericanos.
Es importante recordar que más de la
cuarta parte de los recursos hídricos superficiales del
Istmo, se encuentran dentro de cuencas transfronterizas. Tomando
en cuenta la escasez de recursos de inversión en áreas
fronterizas, así como los problemas políticos que
han afectado los países de Centroamérica, las acciones
de manejo sustentable en estas zonas han distado mucho de ser
las más idóneas.
3. Una Problemática compartida
Esta delicada situación tiene su origen en diversos
aspectos con diferente peso en cada uno de los países centroamericanos,
entre estos pueden citarse:
- No se ha asignado al agua su valor económico y ecológico
para todos sus usos.
- Se utiliza el recurso, sin aplicar un concepto de solidaridad
entre los usuarios.
- El recurso agua no ha ocupado, por sí mismo, una posición
en la Agenda Política de los diferentes países.
Esta situación ha tendido ha modificarse lentamente a
raíz de los compromisos adquiridos por los gobiernos,
a través de la firma de convenciones, convenios y la
presión ejercida por los grupos sociales afectados.
- Como consecuencia de lo anterior, se ha dado un desarrollo
inadecuado fragmentado y sectorial de los sistemas administrativos
institucionales, adoptados por los países centroamericanos
para la gestión del agua.
- La atomización de las competencias, resulta en duplicidad
de funciones y en vacíos, que se reflejan en una inoperancia
para ejercer funciones de administración, control, operación
y servicios. En este sentido, puede decirse que los países
del área se encuentran en un proceso de transformación
del sector hídrico.
- Debilidad jurídica para hacer un manejo integrado,
así como para la implementación de los instrumentos
regulatorios que requiere.
- No existe la base de conocimiento real integrado sobre la
disponibilidad hídrica nacional (cantidad y calidad).
Poca participación de la sociedad en el control, protección
y manejo del agua.
- No menos importante es la falta de un manejo integral del
recurso, utilizando como unidad de planificación a la
cuenca hidrográfica e incluyendo la visión de
ecosistema dentro de la planificación del desarrollo.
4. Factores de cambio
Durante los últimos 20 años, se han llevado a cabo
una gran cantidad de conferencias, acuerdos y convenios a nivel
mundial y regional, tendientes a buscar soluciones a los problemas
y crisis originadas por el uso inadecuado del agua:
- Agua y Medio Ambiente, Dublín 1992.
- La Conferencia de las Naciones Unidas sobre
el Medio Ambiente y Desarrollo, Río de Janeiro 1992.
- La Alianza Centroamericana para el Desarrollo
Sostenible (ALIDES), octubre 1994.
- Gestión de los recursos hídricos
en América Latina, San José 1996.
- Agua y Desarrollo Sostenible, París
1998.
Todos estos foros apuntan hacia una estrategia
gradual para implementar el "Manejo Integral de los Recursos
Hídricos", tendiente a una ordenación del agua,
en su cantidad, calidad, lugar y tiempo de ocurrencia durante
el ciclo hidrológico. Este manejo integrado debe orientarse
a maximizar en forma equilibrada los beneficios sociales(equidad),
económicos (crecimiento económico) y ambientales(sustentabilidad
ambiental).
Los países del Istmo, en forma individual
o asociada, han realizado diversas iniciativas, con el apoyo de
la comunidad internacional destinadas a superar sus problemas
en la gestión del agua. Resaltan entre estas la actualización
del Plan de Acción para el Manejo Integrado del Agua del
Istmo Centroamericano (PACADIRH), iniciada en marzo de 1998, bajo
la tutela de la Comisión Centroamericana de Ambiente y
Desarrollo (CCAD), el Comité Regional de Recursos Hidráulicos
(CRRH), el Comité Coordinador Regional de Instituciones
de Agua Potable y Saneamiento de Centroamérica, Panamá
y República Dominicana (CAPRE) y la Cooperación
Danesa. Este plan establece un conjunto de estrategias y acciones
que pretenden orientar y armonizar, de una manera sostenible,
la riqueza hídrica de la región.
Entre las acciones propuestas se encuentran:
- Sensibilización de los tomadores de decisión
y de la población en general sobre la necesidad de la
gestión integral de los recursos hídricos y valorar
el agua como un bien con valor económico y ecológico.
- Proponer un fortalecimiento de las capacidades institucionales,
una modernización y homogenización de las redes
de medición.
- Promover el uso de tecnologías limpias y alternativas
para el uso racional y una acción directa para el manejo
integrado del agua en las cuencas compartidas.
Por otra parte, y en algunos casos de manera
tímida, han empezado a surgir algunas organizaciones o
autoridades a nivel de cuencas, que buscan poner en práctica
la gestión del agua a partir de situaciones reales.
Ejemplos encontramos en diversas cuencas de
Centroamérica: Lagos de Amatitlán y Atitlán,
en Guatemala; Lago de Ilopango, en El Salvador; Río Quebradas,
Tempisque y Tárcoles, en Costa Rica, entre otros.
Estas instancias, no han tenido un modelo
único para su conformación, y han surgido por el
interés de una mayor participación y corresponsabilidad
de la sociedad civil y una tendencia hacia la descentralización.
Sin embargo, para su consolidación debe adecuarse el enfoque
hacia la identificación de problemas críticos, las
áreas prioritarias de intervención y los mecanismos
para resolver los problemas identificados. Por último,
debe existir una voluntad política para apoyar la creación
y consolidación de estas instancias como entes proactivos
de gestión.
5. Reflexión final
El agua no debe convertirse en un factor limitante del desarrollo
sostenible ni del bienestar humano, para lo cual debe actuarse
de forma inmediata hacia un enfoque integrado, que oriente el
uso eficiente y equitativo, su administración y la conservación
y protección.
A pesar de las similitudes de los países
centroamericanos, no existe una solución única a
los problemas del agua. Existen instrumentos para iniciar este
abordaje (PACADIRH, Planes Nacionales, Proyectos de Ley de Aguas,
creación de organismos de cuencas, entre otros), que quizás
en algunos aspectos deban ser mejorados, pero son esfuerzos significativos
y costosos, los cuales deben empezar a implementarse, con una
responsabilidad de todos los sectores.
Finalmente, el desarrollo de una masa crítica,
para identificar y llevar a cabo las soluciones adecuadas a las
realidades regionales, nacionales y locales constituye una prioridad
para un manejo integral del agua.
Colaboración de Ing. Maureen Ballestero,
consultora nacional Plan de Acción el Agua en el Istmo
Centroamericano (PACADIRH) y Presidenta de Asociación para
el Manejo de Cuenca del Río Tempisque (ASOTEM).
Dirección: POBox 14-5000
Liberia, Guanacaste, Costa Rica
Tel (506) 666-1596
Fax (506) 666-2967
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