
La conservación de humedales y zonas costeras puede ser
considerada por algunas personas como una actividad derivada del
interés de unos pocos en aspectos de carácter puramente
ambientalista o preservacionista. Sin embargo, los humedales y
zonas costeras es realmente un asunto económico en esencia.
Los
humedales centroamericanos incluyen al menos los siguientes ecosistemas
de valor nacional e internacionamente reconocidos:
- En Guatemala: Laguna del Tigre, Machón-Guamuchal,
Reserva de Vida Silvestre Bocas de Polochic.
- En Honduras: Barra de Cuero y Salado, Parque
Nacional Jeanette Kawas, Reserva de Vida Silves-tre Punta Izopo.
- En Nicaragua: Los Guatuzos.
- En Costa Rica: Caño Negro, Gandoca-Manzanillo,
Humedal Caribe Noreste, Palo Verde, Tamarindo, Térraba-Sierpe.
- En Panamá: Golfo de Montijo, Punta
Patiño, San San-Pond Creek.
Estos humedales de agua dulce proveen innumerables
bienes y servicios de importancia para las poblaciones locales,
así como para la sociedad en su conjunto. Es así como
las poblaciones centroamericanas desde su comienzo se asentaron
a orillas de importantes ríos y lagos de la región.
Las fuentes de agua son un factor importante para el desarrollo
social y económico de cualquier región, por tanto
los humedales como fuentes de agua dulce cumplieron y cumplen un
papel importante. Aún en el presente, aguas de mejor calidad
son menos costosas de tratar y por tanto redundan en ahorros para
la sociedad.
Por otro lado, los cuerpos de agua dulce interiores
sirven como trampas de nutrientes, factores de dilución
de contaminantes o simplemente vehículos para la disposición
de desechos líquidos. En este sentido los humedales juegan
un papel importante en ofrecer oportunidades para sustituir tecnología
costosa para el tratamiento. Parte de los nutrientes capturados
por los humedales pueden ser manejados y reutilizados en forma
de pesca, plantas acuáticas, productos maderables y otros
bienes de consumo directo. Este potencial productivo aprovechado
es quizás uno de los valores más reconocidos a los
humedales.
Los valores de los humedales pueden resumirse
en el cuadro a continuación, puede apreciarse de él
que gran cantidad de estos bienes y servicios son de consumo directo
o derivados de los servicios hidrológicos que los humedales
brindan. Esto posiblemente ha sido la causa de su destrucción
debido a las razones siguientes:
- Los bienes son normalmente aprovechados por comunidades locales
y frecuentemente ignorados en las cuentas nacionales, por tanto
su valor en el mercado es muy limitado.
- Los servicios hidrológicos son reconocidos, son muy
importantes pero pobremente entendidos. Esto es especialmente
cierto en América Central donde la red hidrológica
e hidrográfica es muy limitada y los estudios de este
tipo son muy restringidos.
Sin embargo, la región depende grandemente
de estos recursos, al menos un 50% de la población de la
región consume agua de fuentes naturales primarias y en
muchos casos sin mayor tratamiento y, en general, gran parte de
los servicios que recibimos de los humedales no son reconocidos
como tal por el público en general.
Por otra parte, las zonas costeras brindan
un sin número de bienes y servicios que son básicos
para la economía de la región, es así que:
- Al menos se producen 250 mil millones anuales derivados de
productos pesqueros.
- Las pesquerías ofrecen unos 250,000 empleos directos
en la región.
- Al menos 250,000 indígenas de Centroamérica
viven en zonas costeras y dependen directamente de su manejo.
- Posee la segunda barrera de arrecife de coral más grande
del mundo.
- Tres países de la región tienen el turismo como
una de sus dos fuentes principales de ingreso.
En todos los países de la región el turismo es
desarrollado principalmente en torno a recursos marino costeros
o de humedales.
- Centroamérica tiene un 8% de los manglares del mundo
y estos representan un 7% de los bosques naturales de la región.
A
pesar de estos hechos gran parte de los humedales y zonas costeras
están siendo destruidos. Las ciudades de Belice y Panamá
están construidas sobre manglares. Guatemala ha perdido
el 60% de su cobertura original de manglares, en muchos países
de la región el turismo ha sido uno de los destructores
de ecosistemas costeras.
Se estima que al menos un 40% de las camaroneras
establecidas en el Golfo de Fonseca están construídas
sobre manglares.
La agricultura ha conducido a un fuerte drenaje
que ha destruido grandes extensiones de las planicies de inundación
del Caribe en Costa Rica y Honduras.
Todos estos problemas de conservación
se reflejan en la incrementada frecuencia de inundaciones, en
el empobrecimiento de la calidad del agua, en la mortalidad acelerada
de los corales y en la pérdida de atractivos para el turismo.
En definitiva, la pérdida de humedales
y zonas costeras es un problema ecológico al igual que
económico.
Debido
a ello se ha considerado importante desarrollar un medio de comunicación
para todo público que facilite la comprensión de
la importancia de los humedales y zonas costeras.
Un instrumento que ayude al desarrollo de
una conciencia pública sobre el valor de estos ecosistemas
para la sociedad y, al mismo tiempo, la responsabilidad personal
de cada uno en el logro de este objetivo.
Confiamos en que este boletín, publicado
con el apoyo de la Agencia Noruega de Asistencia para el Desarrollo
(NORAD) y bajo la dirección del Área de Conservación
de Humedales y Zonas Costeras de UICN/ORMA, sirva para
el logro de este importante objetvo.
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